jueves, 22 de julio de 2010

Los riesgos del silencio


"... en el silencio corremos el tremendo riesgo de oirnos a nosotros mismos. Y allí, cuidado, anidan los recuerdos de lo que fuimos, soñamos y perdimos."

Antonio Pérez Henares.


No tengo tele. Decidí prescindir de ella hace unos meses, haciéndolo coincidir con el apagón analógico. Desde entonces, cuando quiero el sonido de otras voces pongo la radio. Cuando quiero otras historias, leo libros. Y cuando no quiero otras voces ni otras historias, se hace el silencio. Y me oigo a mí misma, y mi propia historia se desliza ante mis ojos. Estoy sola, sentada en la cumbre de una montaña, en mitad del territorio de mi vida.

O tal vez no tan sola. Porque ahí abajo estás tú. Levantas los ojos hacia la cumbre en la que estoy y me dices: te veo.

4 comentarios:

  1. ¿Ahora mismo te diriges a Dios?
    Simplemente.

    ResponderEliminar
  2. Por cierto, eso de "en mitad del territorio de mi vida" cuánto me recuerda el comienzo de la Divina Comedia del Dante:

    "A mitad del camino de la vida,
    en una selva oscura me encontraba
    porque mi ruta había extraviado."

    Una buena reflexión que todos deberíamos hacer.

    ResponderEliminar
  3. No, no me dirijo a Dios. Al menos, a ninguno en particular. Es un homenaje a las personas que se preocupan por tí, en cualquier momento de tu vida, y que desde ese territorio, el de tu vida, te miran y te ven.
    "Te veo" es una expresión para mí tan hermosa como "te amo".

    ResponderEliminar
  4. Que no te vea no quiere decir que no te quiera.

    ResponderEliminar