Cuando salgo a la calle observo los árboles que encuentro a mi paso. Los
veo desnudos, ateridos de frío como yo, callados como yo, cansados como
yo. Pero miro sus ramas y veo brotes, yemas de hojas esperando el
momento para desplegarse y llenar el
árbol de color y luz y savia nueva. Los árboles esperan la órden. Espían
al sol, cuentan los minutos que las horas de luz alargan. Como yo.
Los almendros y los cerezos están a punto de florecer.
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